Mi interés en la escultura blanda se remonta al año de 1976 cuando empecé a elaborar títeres y muñecos para el montaje de aparadores. Aunque desde niña siempre me fascinó diseñar y elaborar cosas, pues en vez de jugar a las muñecas, lo que me gustaba era hacerles ropa. Mi abuela materna, quien tuvo una gran influencia en mi vida me enseñó a pintar.